Los hijos son un Don de Dios

LOS HIJOS SON UN DON DE DIOS…

Después de pasar algunas de las fechas social y comercialmente más importantes e idealizadas a nivel mundial… de figuras tan importantes en el sistema familiar como: mamá y papá, para el sano desarrollo bio- psico-socioemocional y espiritual de la infancia.
Me gustaría reflexionar con ustedes, y hacernos conscientes todos, que los:

“Hijos son un Don de Dios, No un derecho.”

Al hacernos conscientes del discurso que nos trasmitieron en la familia de origen, podremos ambos padre y madre ser más responsables de nuestra salud emocional, porque de no ser así sembraremos toda clase de semillas negativas en el corazón de nuestros hijos.

Hoy sabemos que es en la familia en donde se infringen las profundas heridas emocionales y que en particular las madres tenemos un peso tremendo de la salud emocional de nuestros hijos…

Nos urge ser más conscientes de nuestro rol, de la tremenda responsabilidad que tenemos en la crianza de nuestros hijos, porque de ello dependerá el bienestar de su vida futura y la de la sociedad. Basta con quitarnos la venda de los ojos, para observar a nuestro alrededor y ver la sociedad que hoy vivimos y esto tiene mucho que ver con las infancias que cada uno de nosotros tuvimos. Solo que no hemos querido o podido ver… la negación nos genera tremendos fantasmas.

Nadie de la nada se vuelve narcisista, neurótico, psicótico o psicópata, todo esto se gesta en los primeros años de vida, porque hemos normalizado y lo seguimos haciendo con todo tipo de violencia.

Estos pequeños bajitos no llegan a nuestra vida a cubrir nuestras necesidades emocionales, no llegaron a nuestra vida a cubrir nuestras expectativas, no llegan a nuestra vida a ser lo que nosotros no pudimos ser, no llegan a nuestra vida para que no nos quedemos solos en la vejez, no llegan a nuestra vida para ser nuestros compañeros de vida o de viaje o nuestros trofeos, no llegan a nuestra vida para que tú te sientas realizada como madre o como padre. No, no es así padre de familia, no nos confundamos.

Nuestros hijos llegan a nuestra vida para ser amados incondicionalmente. Son seres únicos, con dignidad propia, irrepetibles e insustituibles, que como todos los que habitamos este mundo tenemos una misión que cumplir… “Amar y ser Amados.”

Necesitamos de este importantísimo ingrediente “el AMOR” para crecer, por eso descartemos a Descartes, la verdad más profunda del ser humano no es “Pienso, luego existo”, la verdad más profunda sobre la persona es, “Soy amado, luego existo”.

Es por eso y por muchas razones más, seamos conscientes como personas, como padres de familia, que estos pequeños bajitos, son un “Don de Dios, No un derecho”.

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