Cuando inicie este curso mis pensamientos o conceptos sobre mi persona eran absolutamente agresivos y ofensivos.. Llegue siendo como una planta marchita.

Es increíble, para mí, ver cambios con sólo llevar un diario, repetir afirmaciones y consertirme de vez en cuando.

Darme esta oportunidad me hizo verme con otros ojos, soy una mujer valiosa, con virtudes y áreas de oportunidad, en los que debo trabajar diariamente para formar nuevos hábitos y poco a poco convertirme en lo que era al nacer: un ser pleno, feliz, con esperanza de que todo saldrá bien y con la confianza de que Dios me proveerá de la fortaleza y sabiduría para tomar las decisiones en mi vida.
Hoy puedo comprenderme más y juzgarme con menos rudeza, me quiero, me acepto, me siento más agradecida, pero sobre todo más viva.

Vivía culpando a mis padres, expareja y trabajo, todo y todos eran los culpables de mi dolor, ahora soy consciente que cuando algo va mal no es mi exterior, entonces debo adentrarme, analizarme y encontrar la falla y repararla desde mi propia persona.

Soy responsable de mi felicidad y de mi futuro, de las actitudes que yo tomé dependerá mi resultado.
Gracias, gracias, gracias por ayudarme en este proceso.

Les admiro Paty y Juan, que Dios siga bendiciendo sus vidas y sus proyectos.

Atte. Marisol de la Cruz Uribe