Aquí una de las señales de alerta a las que es necesario prestarle la debida atención, toda vez que a pesar de las múltiples causas que pueden incidir en este proceso, invariablemente lo que está de manifiesto es la limitación del Ser Persona o bien el pobre desarrollo de la Inteligencia Emocional.
Esto no depende de sentir y saberse equivocado, o no. De igual manera no influye la experiencia, o las creencias respecto del perdón. Esto tiene que ver más con cuestiones intrapersonales que con el resto del entorno.
Me refiero a que no es por desconocimiento del poder que un “lo siento” puede tener, lo arregla prácticamente todo.
Pero sencillamente en ocasiones las palabras no pueden ser pronunciadas. Y aunque es contradictorio y en conciencia esté claro que se han tomado decisiones incorrectas, o no se ha tenido la capacidad necesaria, inclusive si fue por un acto deliberado para causar malestar o perjuicio. El reconocer que es meritorio el disculparse, pedir que se le perdone por tal o cual acción, y no ser capaz de hacerlo, tiene una razón.
¿Por qué sucede esto?
En principio lo que debería de estar sucediendo invariablemente es que la razón se privilegie sobre la emoción o sentimiento y esto casi nunca sucede. Y aquí es donde podemos hablar de una mala gestión del autoconcepto o autoimagen con el objetivo de cuidar la autoestima, existe de manera innata la necesidad de proteger la autosatisfacción para mantener un mínimo de aceptación sobre la vida misma.
La construcción del autoconcepto, es decir la descripción del “yo”, tiene que ver con las ideas y creencias propias o implantadas sobre mi persona. Es en esto que finco mis fortalezas y habilidades de interrelación social. Sin embargo, todo este conjunto de conceptos son creencias y supuestos propios o implantados, que ante una opinión divergente sufre un impacto emocional.
Cualquier opinión que refiera debilidad, juicio erróneo, baja capacidad o no confiable, es decir que se contraponga con mi creencia, tendrá un impacto negativo en la autosatisfacción y como esta es referencia para el autoconcepto, este ha de ser protegido y preservado; luego entonces, sin importar el gran paso que supone el decir “lo siento”, esto no se puede decir sin la consecuencia de experimentar que se es humillado y en autoconceptos frágiles, sin desarrollo en la gestión emocional, esto es devastador.
Personas en conflicto con su autoimagen, al “pedir perdón” les supone replantearse prácticamente toda la concepción de su Ser Persona y sus relaciones intra e interpersonales; es decir estaríamos ante un fenómeno de disonancia cognitiva, dicho de otra manera, se encontrarían tensionados por lo contradictorio de las creencias y la conducta.
De ahí que se prefiera disfrazar de error, o bien atribuirle la culpa a otra persona o, evadir la responsabilidad. Hay personas que no tienen las suficientes herramientas para hablar de frente y aceptar el daño que se ha cometido. A veces también, hay tanta falta de compromiso consigo mismos y de introspección que ni siquiera pueden dimensionar lo que han hecho.
O bien nos encontramos personas altamente ególatras que consideran que nunca se equivocan. En cualquier caso, el diagnóstico puede ser: Trastorno de la Personalidad Narcisista.